Caminito de Jerez

Todos los caminos llevan a Roma, o lo que es igual, nos llevan a nosotros mismos. Nada de lo que hagamos podrá escapar de nosotros, todo tiene un regreso, llamarlo karma, señales, coincidencia, no altera su inverosimil naturaleza. No podemos escapar de nosotros mismos. Creo que es por eso que la gente cuando me mira, ve un cartel invisible que dice: “Vamos a caminar”, y literalmente la gente me saca a caminar. Ni siquiera me preguntan que es lo que quiero hacer exactamente, simplemente, ala a recorrer millas.

Os preguntareis a que viene todo esto, pues ayer Neu me tenia que invitar a cenar, pero no, a cambio recibí una larga caminata de más de dos horas. Estaba cansada, pero soy muy cabezota, y hasta que él no me confirmo que estaba agotado no terminamos de andar. Esto no tendría la menor importancia si fuera la primera vez, pero es un reincidente, y aún así me coge desprevenida. Además no es el único, he tenido un par de primeras cita, y han sido casi idénticas, kilómetros y kilómetros de conversación, al final, como digo, debe ser que llevo un cartel y no lo veo.

Pero para que conste, me arregló el Wi-Fi, y por eso sigue siendo (por ahora) mi preferido sobre los demás.